La Costa del Sol esconde rincones mágicos de visita obligada. Es el caso de Casares, uno de los pueblos blancos de Málaga, lleno de casas blancas, calles estrechas y empinadas con el típico estilo andaluz.

A tan sólo 16 kilómetros de Estepona, Casares forma la típica postal de un pueblo andaluz. La disposición de las casas, muy pintoresca, le valió el nombre de "pueblo colgante".

Con más de 40.000 metros cuadrados de exóticos jardines, la urbanización está construida con líneas blancas y suaves contornos diseñados para llevar la luz a su hogar.

Esta urbanización también cuenta con piscinas privadas y laguna con deportes acuáticos, restaurante y zona infantil.

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